El ex internacional alemán confesó que aún queda mucho camino por recorrer en el mundo del fútbol en lo que respecta a prejuicios sexuales.
No cabe duda de que el mundo del fútbol dista mucho de ser respetuoso con el colectivo LGBT. Aunque varios clubes, asociaciones y ligas han creado muchas iniciativas, la homosexualidad sigue siendo un tema tabú tanto para los futbolistas como para los aficionados.
El primer y único futbolista abiertamente gay fue Justin Fashanu. El inglés pasó la mayor parte de su carrera jugando en la Premiership con el Norwich City. A pesar de que Fashanu era uno de los jugadores jóvenes más prometedores de su generación, su sexualidad le trajo muchos problemas dentro y fuera del campo.
El futbolista inglés tuvo que enfrentarse a los prejuicios de sus compañeros, como el legendario delantero Brian Clough. De hecho, su carrera no volvió a ser la misma después de salir del closet. Además, Fashanu acabó suicidándose en 1998, cuando sólo tenía 37 años.
Naturalmente, la trágica historia de Fashanu sirvió de advertencia para otros futbolistas homosexuales. De hecho, solo otro jugador europeo declaró su homosexualidad después de retirarse del fútbol profesional. Thomas Hitzlsperger, que representó a la selección alemana un total de 52 veces, sigue siendo el único futbolista profesional que se atrevió a hablar abiertamente de su sexualidad.
Lahm dice que los hinchas no tienen la madurez necesaria para aceptar a los jugadores homosexuales.
Por lo tanto, es comprensible que Philipp Lahm crea que los futbolistas homosexuales deben abstenerse de salir del closet mientras juegan. La historia nos demuestra que, aunque la sociedad ha evolucionado en este asunto, el fútbol no lo ha hecho. En su nuevo libro, el ex jugador del Bayern Múnich hace una advertencia a los demás profesionales que quieran seguir el ejemplo de Fashanu.
«No aconsejo a los futbolistas que salgan del armario como homosexuales mientras estén jugando. Todavía hay una falta de aceptación en el mundo del fútbol y en la sociedad en general».
Además, el alemán compartió un ejemplo de por qué es difícil para los jugadores ser abiertos sobre su sexualidad antes de retirarse.
«No todo el mundo tiene la misma madurez en los estadios donde se juega. Tendrían que soportar los insultos, ¿a quién le gusta eso?»