Opinión de Pavel I. Meda. Tras su segunda derrota consecutiva en casa como entrenador profesional, es hora de afrontar la verdad sobre José Mourinho. Es la sombra de lo que fue.
Todos recordamos cuando José Mourinho iba camino a convertirse en el mejor entrenador de la historia del fútbol. Comenzó su carrera como segundo entrenador de Sir Bobby Robson después de que la leyenda inglesa viera sus informes de jugador en Portugal. Durante su estancia en el FC Barcelona, era evidente que estaba ascendiendo en la escala para convertirse algún día en un entrenador profesional. Solo él sabía que llegaría lejos, los demás desconocíamos su grandeza.
A pesar de tener un enfoque táctico más defensivo con todas sus plantillas, José encontró un nivel salvaje de éxito durante su primera gran actuación como entrenador. El hombre lo ganó literalmente todo en el FC Porto. Una Copa de la UEFA, una Champions League y varios títulos nacionales después, el Chelsea se hizo con él. El mundo entero estaba asombrado por la grandeza de este hombre, que se prolongó durante casi dos décadas. Pero algo sucedió en el camino que cambió a José Mourinho en un nivel fundamental. Haremos lo posible por intentar una explicación.
El Real Madrid fue donde algo cambió.
Se podría decir que José Mourinho alcanzó su máximo nivel en el Real Madrid, incluso más que durante su exitosa etapa en el Inter de Milán. Es cierto que ganó el triplete con el club italiano, pero en su etapa en España logró vencer a uno de los mejores clubes de la historia. Aquel FC Barcelona dirigido por Pep Guardiola era prácticamente imposible de superar, pero José Mourinho lo consiguió. Nuestra teoría es que cambió varios aspectos de su personalidad de forma negativa con la desaparición del Barcelona como propósito final.
Su relación con algunos jugadores se volvió conflictiva y le afectó a nivel fundamental. Como resultado de esta modificación del comportamiento, los resultados de Mourinho también se vieron profundamente afectados. Podríamos haber conseguido el mejor entrenador de la historia, pero eligió cambiar ese reconocimiento por una batalla sin sentido contra su propia plantilla. Esto ocurrió repetidamente antes de aterrizar en el Tottenham. Y por eso José nunca estuvo a la altura de las altas expectativas que todos teníamos de él. Pero no nos equivoquemos. Sigue siendo uno de los mejores de la historia, pero no es el mejor de todos como pensábamos que podía ser.
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